Las discusiones, problemas y tensiones dentro del salón de clases son situaciones que pueden acabar deteriorando la convivencia escolar. Por ese motivo, los docentes o pedagogos deben contar con las herramientas necesarias para afrontarlas y encontrar la mejor solución posible. Para esto, titulaciones específicas como la Maestría en Mediación Educativa, incluida en el catálogo de maestrías virtuales en educación de la Universidad Europea en Colombia, pueden ser una opción muy interesante a explorar para especializarse en la resolución de conflictos escolares.
A continuación encontrarás una completa guía sobre cómo identificar, gestionar y resolver los conflictos en el aula de manera efectiva.
Un conflicto escolar es una situación de desacuerdo, confrontación o disputa que ocurre dentro del contexto educativo. Este afecta a estudiantes, docentes, personal administrativo y, a veces, también a los padres o tutores.
Estos conflictos pueden producirse por distintas razones y manifestarse de diferentes formas, causando un impacto significativo en el ambiente escolar, así como en las relaciones interpersonales dentro de la comunidad educativa.
Como hemos mencionado, los conflictos en el salón de clases pueden presentarse de diversas maneras. Estos son algunos ejemplos de los conflictos escolares más comunes:
Hace referencia a desacuerdos que surgen debido a problemas en la transmisión o recepción de mensajes entre estudiantes, docentes o personal escolar. Entre ellos están la falta de claridad, malinterpretaciones o problemas de escucha activa, entre otros.
Son comportamientos agresivos que pueden incluir peleas, insultos, amenazas, agresiones físicas intencionadas y cualquier acción destinada a causar daño físico o emocional a otras personas en el entorno escolar.
Este término se refiere a esos comportamientos que rompen con la armonía y el flujo normal de las actividades en el salón de clases. Estos impiden el desarrollo adecuado de las dinámicas del aula, al tiempo que afectan negativamente al ambiente educativo.
Son acciones que van en contra de las normas y los valores sociales del entorno escolar, causando daños a otras personas de la comunidad educativa. Entre algunas conductas de este tipo de conflicto escolar están, entre otros, el acoso (bullying), el ciberacoso, el vandalismo, los robos y el consumo de drogas o armas.
Son prácticas de marginación en las que se ignora de manera deliberada a uno o varios estudiantes, no se les permite participar en actividades escolares o se les discrimina por temas de raza, género o ideología, entre otros prejuicios y estereotipos.
A continuación, te mostramos cómo hacer frente a cualquier situación de conflicto o problema que podamos encontrarnos en un centro escolar, así como los posibles procedimientos a seguir para mediar y resolverlo de forma eficaz.
En esta búsqueda por la mejora de la convivencia y el bienestar, es importante tener en cuenta estas 5 fases:
Ante el surgimiento de un problema, debemos saber reconocer e identificar sus causas. Tenemos que estar en la capacidad de detectar si este se asemeja a otro que tuviera lugar anteriormente, en tanto que es muy importante no usar los mismos mecanismos de solución anteriores que no nos proporcionaron ningún resultado positivo.
Otro aspecto relevante a considerar es la definición y el análisis del conflicto. Para esto, tendremos que estudiar de manera detallada en qué consiste el problema, buscar los hechos y/o las acciones más destacadas y hacer una descripción concisa y clara de todo.
Para alcanzar la resolución de un conflicto, lo más recomendable es generar el mayor número posible de alternativas al problema. Luego de esto, deberemos valorarlas todas desde un punto de vista crítico y, finalmente, escoger una de ellas, apuntándole a que sea la más efectiva, basándonos principalmente en 2 criterios:
Esta fase tiene como objetivo aplicar las estrategias de resolución de conflicto en el aula que consideramos que se adaptan mejor a la situación. Para esto, se deben prever tanto los pasos que se llevarán a cabo, como los mecanismos de control que usaremos para valorar su eficacia.
Finalmente, debemos evaluar los resultados logrados a partir de la solución que hemos decidido llevar a cabo.
Si los resultados son favorables, los podremos tener en cuenta de cara a otros conflictos que puedan surgir en un futuro. Si no lo son, tendremos que retomar de nuevo el procedimiento a partir de la fase de investigación de soluciones.
También existen una serie de estrategias de resolución de conflictos que tienen por objetivo fomentar la empatía, la reflexión y la cooperación entre los estudiantes. Se trata de técnicas que están diseñadas para ser aplicadas en el aula y que serán de gran utilidad cuando tengas que afrontar determinadas situaciones.
El docente presentará una situación de conflicto, real o imaginaria, con personajes que tienen características, sentimientos y opiniones determinadas. Se les pedirá a varios voluntarios que elijan un personaje para interpretar. Luego, algunos de estos voluntarios modificarán su rol para interpretar la situación, pero desde una perspectiva diferente. Los estudiantes que no participen activamente en la interpretación tendrán el papel de observadores, lo que les permitirá analizar quiénes mantuvieron su rol inicial y quiénes cambiaron, llegando a conclusiones comunes.
El docente les planteará una pregunta controversial a los estudiantes, quienes deberán responder solamente con un “sí” o un “no”. Una vez elegidos los bandos, cada grupo expondrá las razones y argumentos detrás de su elección. Luego de esto, se fomentará un debate entre ambos grupos para buscar puntos de encuentro y, a partir de esto, promover la flexibilidad en el razonamiento.
En esta variante del juego clásico, se disponen sillas en círculo. A medida que la música se detiene, se va eliminando una silla en cada ronda, pero a diferencia del juego tradicional, el objetivo es que todos los participantes encuentren la forma de mantenerse sobre las sillas disponibles, haciendo uso de la cooperación entre ellos para lograrlo.
Esta técnica enseña a los estudiantes cómo calmarse y cómo gestionar el estrés en situaciones de conflicto. El docente guiará a los estudiantes con el fin de que tomen una inspiración profunda, como si estuvieran inflando un globo, elevando los brazos al hacerlo. Luego de esto, exhalarán de manera lenta mientras bajan los brazos. Este ejercicio se repetirá varias veces y, posterior a realizarlo, se discutirá su aplicación en situaciones de tensión.
Además de las estrategias anteriores, un docente puede fomentar una gestión efectiva de los problemas en el aula a través de acciones como:
Estas herramientas de mediación y resolución de conflictos escolares hacen parte de los aprendizajes que ofrece la Universidad Europea en Colombia, a través de sus posgrados en enseñanza, con el fin de mejorar la armonía y el bienestar de los ambientes escolares y de la sociedad en general.