En su forma tradicional, la educación ha priorizado el desarrollo cognitivo, descuidando así las habilidades emocionales. Sin embargo, es una realidad que, en las últimas décadas, la educación emocional ha cobrado un mayor protagonismo, respaldado incluso por UNESCO.
Este artículo aborda la importancia de la educación emocional, así como el cómo integrarla en el aula con ejemplos llevados a la práctica.
En ese sentido, la Universidad Europea en Colombia ofrece distintas maestrías virtuales en educación y, en especial, la Maestría en Inteligencia Emocional y la Maestría en Docencia Universitaria virtual, formaciones que te proporcionarán las herramientas que hacen falta para que luego tú puedas ofrecerles una enseñanza integral a tus alumnos.
La educación emocional, que se centra en mejorar el conocimiento y la gestión emocional para afrontar los desafíos de la cotidianidad y mejorar el bienestar, se refiere a un proceso pedagógico que potencia la esfera afectiva, además de las habilidades cognitivas para promover un desarrollo integral de la personalidad.
Se trata de una educación que está estrechamente relacionada con la inteligencia emocional, en esa medida, un objetivo clave de la educación emocional es desarrollar esta capacidad.
La base de la diferencia entre educación emocional e inteligencia emocional está en sus enfoques y aplicaciones. De un lado, la educación emocional está centrada en el proceso educativo con el fin de cultivar competencias sociales y emocionales en un entorno que puede ser académico o formativo; por otra parte, la inteligencia emocional hace referencia, de manera más específica, a la capacidad individual para reconocer, gestionar y comprender las emociones, bien sea las propias o las ajenas, en distintos contextos de la vida.
Consideremos un ejemplo, para ilustrar esta distinción:
Ubica en tu imaginación a dos personas: Ana y Pablo. Ambos recibieron una educación emocional sólida en su infancia, un factor que les ha enseñado a identificar y expresar sus emociones, además de a relacionarse de manera saludable con las demás personas. Sin embargo, Ana demuestra una inteligencia emocional mayor que Pablo.
En el momento en el que Ana y Pablo enfrentan una situación de alto estrés en el trabajo, Ana muestra una excepcional capacidad para reconocer y regular sus propias emociones, manteniendo la calma y, al tiempo, tomando decisiones racionales. Sumado a esto, ella muestra empatía hacia sus compañeros de trabajo, ofreciendo apoyo emocional cuando hace falta y comprendiendo sus sentimientos. De otro lado, aunque Pablo también ha recibido una educación emocional similar, tiende a reaccionar de manera impulsiva ante el estrés, mostrando dificultades en el control de sus emociones y empatizando con los demás.
Este ejemplo es una clara ilustración de cómo la educación emocional brinda el marco y las herramientas necesarias en el desarrollo de la inteligencia emocional, pero tanto la aplicación como el dominio de estas habilidades son ambos aspectos distintivos de la inteligencia emocional.
La educación emocional está enfocada en dos direcciones: la primera de ellas es la de potenciar la esfera afectiva de los estudiantes, la segunda es la de desarrollar las competencias emocionales de los docentes. Encontramos entre estas aptitudes las siguientes:
La educación emocional está llamada a ser una parte integral del entorno educativo. Esto demanda adaptar las actividades académicas al desarrollo de los estudiantes. De esta manera, se vuelven en realidad efectivas en la promoción de las relaciones más positivas entre los estudiantes, fomentando la empatía y enseñándoles a expresar sus emociones.
Un ejemplo de esto sucede en la Primaria, donde se da el uso de dibujos y cuentos para ayudar a los niños a identificar sus emociones de la manera más adecuada. De otro lado, para los más mayores, se valen de las películas relacionadas con la educación emocional, en tanto que son una excelente herramienta para reflexionar sobre sus sentimientos y también para comprenderse mejor.
Sumado a esto, es crucial que los docentes actúen como modelos de gestión emocional ya que esto les permite a los estudiantes poder imitar y aprender de su ejemplo. En resumen, enseñar sobre las emociones mediante la práctica y la demostración de autenticidad emocional es fundamental en el éxito de la educación emocional que se da en el aula.
A continuación, te mostramos ejemplos específicos de actividades educativas que son valiosas en el trabajo de la educación emocional en distintos entornos:
Escritura emocional:
Arte y creatividad:
Lectura y narrativa:
Música y sonido:
De igual manera, en la Universidad Europea en Colombia contamos con una gran oferta formativa y especializada en el ámbito educativo, con las maestrías virtuales en educación, entre las que están la Maestría en Inteligencia Emocional y la Maestría en Docencia Universitaria virtual, todas ellas con la calidad de la educación europea y la posibilidad de conectar con estudiantes de distintas partes del mundo.