Los procesos de aprendizaje y de enseñanza cuentan ahora con un nuevo aliado, que cada vez está tomando más auge. Se trata de la neurociencia educativa, una disciplina con la que se puede conocer cómo funciona el cerebro en los procesos de aprendizaje.
Se le considera al alemán Gerhard Preiss el padre de la neuroeducación, luego de que en 1988 propusiera la creación de un espacio en el que se trabajara mancomunadamente entre la investigación cerebral y la pedagogía. A esa asignatura se le llamó neurodidáctica, que es la manera en la que se aplica la neurociencia educativa en las aulas, para así mejorar los procesos educativos.
En Colombia, el interés por la neurociencia educativa y sus posibilidades en el aprendizaje viene tomando cada vez más importancia. Esto al punto de que, a finales del 2021, se llevó a cabo la Semana de la Neuroeducación, liderada por el Ministerio de Educación Nacional y, según sus términos, dedicada a “profundizar la implementación de las recomendaciones de la Misión Internacional de Sabios relacionadas con la universalización de la educación en la primera infancia y la educación media, y la profesionalización de los educadores que atienden a estos niveles”.