Uno de los principales problemas de la educación en Colombia es el de la deserción escolar. Los últimos datos de Fedesarrollo apuntan a que solo 44 niños de cada 100 que entran al grado de primero de primaria logran graduarse de bachiller. Más preocupante todavía el hecho de que de esos 44, solo el 38,7% accede a la educación superior.
En las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA por sus siglas en inglés) de 2018, Colombia presentó una reducción de su desempeño con respecto a 2015. Se trató de una diferencia entre 80 y 100 puntos con respecto al promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Esta disminución significa que un estudiante de 15 años en el país cuenta con 2,5 años menos de escolaridad con respecto a un estudiante promedio de la OCDE, lo que supone un reto importante en el panorama de la educación nacional.
Con este escenario, las personas que dirigen los centros de educación, bien sean públicos o privados, cuentan con la posibilidad de innovar y diseñar estrategias para contrarrestar estas estadísticas.